La Música Judía: Sistema Melódico

Músico judío

Desde la época del 1º Templo el Canto de los Salmos parece haberse basado en melodías tetracordales (segmento de escala de 4 notas) y modales (en base a modos); y así mismo muchos de sus cantos fueron elaborados en base a escalas orientales.

Un rasgo característico fue el uso del tetracordio: C Db E F , muy importante en la música judía, y presente también en maqam árabe Hijaz.

A partir del siglo IV de la era cristiana, dos tipos de canto adquirieron relevancia dentro del los oficios en las sinagogas: la Cantilación de la Biblia (las Sagradas Escrituras) y la Cantilena de Oraciones.

En el caso de la Cantilación, cada libro de la Biblia tenía su modo adecuado, siendo las escalas mayores las que se utilizaban para expresar júbilo. Su práctica y el deseo de que fuesen interpretadas correctamente favoreció el inicio de un sistema de notación musical (s. V) que a su vez permitió la preservación de cantos antiguos de grupos como los Yemenitas. (Del estudio de los cantos de los judíos de Babilonia y Yemen se puede deducir que el canto cristiano está amoldado al viejo modelo judío).

Para el caso de las Cantilenas se entonaron nuevas formas de himnos y nuevos modos basados, en mucho de los casos, en sistemas métricos y rítmicos árabes. Esto exigió la presencia de un cantor profesional, estableciéndose así en los inicios de la Edad Media, los oficios del Hazan (o cantor).

Hacia el siglo VIII el cantor comenzó a improvisar, por lo que la improvisación en base al modo se denominó Hazanut. Con el paso de los siglos este canto fue incorporando elementos de canciones no judías así como de himnos católicos y protestantes, lo que contribuyó al desarrollo de melodías altamente adornadas y elaboradas, requiriendo del Hazan un considerable virtuosismo.

El canto se basaba en 8 modos relacionados con el calendario. Cada modo generaba tipos melódicos que correspondían a cada oficio religioso determinado.

Tal como se mencionara en una entrega anterior, el advenimiento de la armonía europea, fue destruyendo poco a poco el sentido modal de este canto, y para el siglo XVIII prácticamente ya había desaparecido, siendo buena parte de la música ya no de carácter religioso. El canto hasídico* denominado “niggunim” ayudó a retardar esta decadencia.

Sin embargo, el estilo ornamental de las melodías ha seguido siendo un elemento distintivo de la música judía, caracterizada por melodías muy floreadas y con abundantes trinos y adornos.

En la actualidad se utilizan principalmente las siguientes dos escalas:

Adonai Malakh: C Db D Eb F G Ab Bb

Ahaba Rabba: C Db E F G Ab Bb (similar al modo frigio dominante de occidente)




* en una próxima entrega estaremos desarrollando con más amplitud los principales géneros y estilos de la música judía.


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